GLORIAS DEL DESEMPLEO (Parte 2: Sabrina, la vecina; y un grito)

Despertás. No... hoy no vas a ningún lado. 
No hay que ir a ningún lado. 
Ni siquiera tuviste la voluntad de arrastrarte hasta tu cama, te dormiste como un lirón, con el gato encima tratando de sacarte las pocas preocupaciones que te quedan con un ronroneo constante. Pocas, si. pocas. Tirás la pata al suelo y se cae como un ancla, pesada, como una media res. Todavía estás lleno de una madeja de lagañas, prendés la tele y la palabra "inflación" te supera y apagás. "Clik". Desenchufas la tele.
Quizás estos días sin empleo te los pases sin mirar absolutamente nada. De paso ahorrás energía, siguiendo los sabios consejos que dan los políticos.
En la computadora todo sigue siendo confuso, con ventanas inútiles buscando laburo por vos. 
En el cajón hay más o menos veinte lucas, que es todo lo que tenés.
Sacás $ 300 pesos, no lo pensás mucho. Vas escaleras abajo a comprar para hacerte una torta riquísima para vos solo, a pesar de que no acostumbrás hacer estas cosas, y tampoco acostumbrás no tener trabajo. Siempre pensaste que un hombre que no trabaja se muere, porque con todo ese tiempo libre, ¿qué hacés? descubrir en el vacío y el aburrimiento el hastío de vivir, el esfuerzo que conlleva continuar vivo. Resulta que nos han mentido toda la vida. (Ya son $ 20.000 - $ 300)
Ponés jazz. ¡Jazz! No das más de lo caricaturesco, pero te chupa un huevo. Huevos. Con veinte cucharaditas de leche, el polvo que viene en la cajita, batir, echar en una fuente y al horno. Te vas a dar la panzada de tu vida. ¿Cuántas tortas te hubieras comido en un año si no estuvieras trabajando? Cada día de la semana tiene 8 horas de trabajo menos los findes, 40 horas de trabajo. Más la hora de ida y la hora de vuelta. Una torta lleva una hora en el horno, promedio. Mmm... bueno, haber podrías haber hecho 40 tortas ponele. Con diez ya podríamos decir que hubiéramos sido unos gordos felices. 
Papeles, como los de la oficina, rasgan la puerta, y te acercás para ver quién te está acechando. ¿Acaso los formularios, las planillas, las órdenes de la oficina, han venido a quitarte tu tesoro de veinte lucas? Muy parecido: son las expensas. 4 lucas. Las tomás con la mano mojada, la que lavaste en la bacha, y las hojas se embeben y humedecen, con sus números rojos y sus líneas punteadas. Ahí, antiguamente prolijas, mostrándote lo que vienen a quitarte. Las tirás en el mueble del recibidor, el que tiene el espejo, y el hombre que está en el espejo es un hombre feliz. No porque no tenga trabajo: porque decidió que no le importa. 
¡Paf! Una ponchada de crema, y con el tenedor la vas martirizando, la vas desgranando y metiéndote sus organos en la boca. Vainilla y crema, mezclada con dulce de leche y tu saliva. Todo es un néctar divino, ahí, en pantuflas, tirado en el rincón donde está tu biblioteca, mirando tus libros tratando de tener alguna explicación de por qué estás contento. En Spotify suena Tony Bennett, y afuera el sol no traspasa las capas de bruma invernal. Te empezás a reír, y aunque te cagás de frío abrís la puerta, que del envió choca con el brazo del sillón y temblequea como un esqueleto.
_ ¡Boludos! _ le gritás, desaforado a los transeúntes. Comiendo tu postre de vainilla, y dulce, y crema, y diabetes. Suena el jazz, baby. Y aun nadie, ni tu familia, ni tus amigos, saben de tu nueva vida. ¿Nueva vida? Curiosamente, no actuás como si tuvieras una nueva vida. Actuás como si te estuvieras por morir. Como si esta vida fuera la única. Y oh sorpresa, resulta que lo es. Y quizás todo lo que quisiste en tu vida fue hundir una cuchara sopera en una tierna masa llena de glucosa y líquidos espesos y cremosos que te embadurnen los labios, con la mente en blanco, no pensar en nada. Pero si esa es la muerte, la dulce muerte, ¿qué pasará cuando se termine la muerte, y nos despertemos a la vida, y por tanto, a la necesidad y la carencia? Que va a pasar cuando las veinte lucas terminen. 
Tocan el timbre. ¿El timbre? 
La flaca es morocha, y tiene una melena larga y lacia, negra como una tumba y ojos miel, almendrados. Cachetitos y muslos, un poco pin-up, y una sonrisa con la que podría hipnotizarte todos los muebles del departamento y llevárselos saltando.
_ ¿Sí?
_ Disculpame que te moleste, hola, me acabo de mudar recién, recién al edificio, y me queda la caja más pesada en el ascensor, no la puedo levantar y ya estoy echa pelota. ¡Me muero de verguenza! Te juro no se a quién pedirle, tuve que hacer esto todo sola. ¿No me podrás dar una mano? Es esta caja no más. 
Se ve como un Bambi, tierno y con algo de verguenza. Abrís, tímido, con la timidez siniestra que tienen los violadores o los curas. Estás enteramente en joggin y ropa de morsa tirada en el sillón, pero ella, que lo registra, parece no darle mucha importancia. 
Claro que la ayudás, te hacés el caballero y todo. Y le decís que cualquier cosa que necesite te avise. 
_ Ah, ¿tu nombre? 
_ Sabrina. Me mudé recién. Fuiste muy amable. 
Y cerrás la puerta. ¿La deseaste? Toda. Pero ella a vos ni te registró como hombre, sino como grua, y no una grua muy llamativa que digamos; de hecho aun no sabe tu nombre porque no lo preguntó. Cuando entrás de nuevo a tu departamento el espejo te muestra un ser con barba crecida, ojeras, el pelo revuelto, envuelto en ropas de entre casa, con un poquito de pancita crecida. "Sabrina". "Shhhh" le tirás al gato, y va un sarpaso de amo para que se aleje de tu torta. En seguida te apiadás y le prometés el atún más caro, Caballa, porque es un gato bueno y compañero. 
El celular está explotado de mensajes. La mayoría de ellos son tus amigos en el grupo, preguntándo si el viernes hacemos algo. De seguro quieren ir a comer una pizza, salir a bailar a algún boliche donde te den intravenosa de reggaetón intenso y centroamericano, o ver en el cine alguna peli mala y pochoclera donde sí o sí haya super heroes. Con un poco de nostalgia, mientras agarrás la llave para ir a comprar la segunda torta, recordás cuando en tu juventud ibas al taller literario de la Biblioteca Municipal, allá en tu barrio, todos los sábados a las tres de la tarde. Querías ser escritor, y leíste como hijo de puta toda tu infancia, mientras tus compañeritos meneaban "para cá y para allá" por las noches de fin de semana. Ahí aprendiste a contar historias, la estructura, los personajes cada uno con su carácter, las atmósferas, las personificaciones y metáforas. Varias veces pensaste en escribir un blog, incluso abriste varios. Por eso estás, por eso estoy, escribiendo ahora. Dicen que cuando los viejos son viejos es como si volvieran a ser niños. De alguna forma, estar sin trabajo me recuerda los sueños a los que me había resignado. Leiste y aprendiste a contar, a redactar, ortografía, a tener buenas ideas, a saber sobre historia, a saber usar las palabras. "El conocimiento es poder", dicen los que joden con que hay que leer libros, mientras la vida adulta muestra que el saber te lo podés meter en el orto varias veces, y trabajar de lo que se valore, no de lo que sepas. Penosa es la alternativa a vivir robando con una navaja por los caminos: pacíficamente intercambiar lo que los demás quieren y podés darles por plata para  comprar libros y soñar con que los ha escrito uno y pensar en el día en que los demás compren lo que sepas y no tengas que saber lo que los demás quieran comprar.
_ ¿Cómo que te quedaste sin laburo? _ te dice Juani, tu amigo ingeniero, alarmado como quien habla de un crimen.
_ Sí, me dijeron que están haciendo recorte del personal y que lo lamentan mucho. Lo cual les creo, pero que se metan las lamentaciones en un estuche de madera muy duro y se lo vayan administrando en tandas para que entre todo adentro del orto.
_ ¿Y qué vas a hacer? Lo siento mucho loco, debés estar echo mierda...
_ ¿La verdad? No.
_ Bueno, bien. Che, quiero darte una mano. ¿Voy a tu casa hoy querés?_ Juani, que es heterosexual, tiene la manía femenina de juntarse, amucharse, y acurrucarse en manada cuando alguien está desvalido, y llorar juntos, como si fuéramos dos osos en una cueva en mitad de una helada. Le decís que se tranquilice, y la verdad, ahora no querés ver a nadie. 
 Vamos a llenar la heladera y comer hasta reventar. ¡Vamos a sentir hasta que nos de la guita que podemos estar tirados, y dejar que todo se nos vaya de las manos! Aprendimos a vivir entendiendo que las cosas pueden estar en nuestras manos. Y entonces por siempre las tuvimos ahí, sujetándolas, en nuestras manos, y nunca se van. Pero de pronto un grito estruendoso...
Salís a la puerta.
No hay nadie en el largo pasillo.
Al lado de la puerta hay otra y al fondo la de Sabrina.
Sabrina abre la puerta y se encuentra con vos, sin querer.
Se sorprende por ver tu cara, tus ojos, tu joggin.
_ ¿Oiste eso?_ atina a decir.
Movés la cabeza queriendo decir que sí, y que hola, que es linda.
_ Lo oi _ decís por fin, mientras del lado de adentro de tu depto el gato te muerde los talones.
_ Oi un ruido y algo se cayó, no se.
_ Sí. No se.
Se oyen pasos en el departamento de tu vecino. El señor Elvio, un despeinado solterón de cincuenta años de edad con el que nunca te llevaste bien.
_ Esto es lo de el señor Elvio, mi vecino. Sabrina _ decís su nombre y no lo podés creer _ escucho pasos en su depto. A ver...  Vamos a tocarle timbre a ver que es...
_ Son las doce del mediodía, ¿Estás enfermo que estás acá en tu casa?
La cachorrita te lo preguntó, y te cayó como el orto. Te volviste frío como el acero, pero por dentro hacés "crunch". Te sentís interpelado, por una que en realidad iba a ser la princesa Disney, o la Femme Fatale, pero nunca la que te juzga y te deschava. Pero es lógico, exceptuando a quienes tengan horario de tarde en los shoppings, la gente en general a esta hora trabaja.
_ ¿Y vos? ¿Vos no trabajás? _ contestás; no solo quedándo en evidencia de que te ofendiste y te sentiste amenazado por la mamita rica, sino que ni siquiera pudiste contestar "Soy un Glorioso Desempleado Argentino" con orgullo. La dulce morocha baja la vista, sonríe incomoda y te mira.
_ Es que tengo día de mudanza.
_ Ah... claro. No, disculpá... Yo... En este momento estoy acá a esta hora. Quedé sin laburo.
_ Ah. Bueno, no sé. Qué raro el grito ese. Toquemoslé la puerta a tu vecino.
Luego del interrogatorio, tocan la puerta de Don Elvio, que no atiende. Se saludan, sabiéndose auditados por el otro, y antes de que la morocha se vaya sintiéndose avergonzada y furiosa con el pelotudo de su vecino, sacás un don juan de tu galera y le decís : "en este momento estoy haciendo una torta y me encantaría ofrecerte un pedazo.".
La morocha se vuelve, y te mira sabiendo que sos un desubicado y que sos simpático, detrás de ese pelo enmarañado, tu joggin, tu cara de desempleado, y la baba que se te cae por ella. Se lo queda pensando, mientras seguís preguntándote qué era ese grito que se oyó, con su vocal tan estirada, su timbre tan cansado, como pidiendo auxilio.  Pero qué importa ahora, si la morocha te acaba de registrar como hombre.
_ No tengo día de mudanza. Me despidieron ayer _ confiesa la morocha. Esto se pone tan interesante como el grito que de pronto sonó en tu edificio de soltero desempleado.
_ No lo puedo creer. A mí también me despidieron ayer.
_ Wow... cómo está la cosa eh. Y yo ya me había pedido la mudanza y planeado la mudanza, todo. Un desastre.
_ Ufff... ¿Y segura que querés compartir una torta con tu vecino a quien recién conocés?
_ Yo podría hacerte la misma pregunta.
_ Si.
_ ¿Es Tony Bennett lo que oigo?
_ Es Tony Bennett.
La morocha, Sabrina, finalmente entra a tu departamento. Nunca te esperaste que te echen un día, ligar al otro día, y que un grito aterrador, como el de una víctima, que se escuchó en tu departamento, te chupe un huevo. Pero el grito era aterrador, no quedaba claro de dónde venía. Y mientras le servís torta a tu vecinita nueva, y ambos hablan sobre estar desempleado, el gato maúlla en la puerta de entrada, sintiendo cosas que un par de personas en pleno levante obviamente no pueden registrar, sobretodo si no son felinos.



Si querés leer la primera parte de "Glorias del Desempleo" andá acá:
https://loqueelmundonosdebe.blogspot.com/2018/06/glorias-del-desempleo-parte-1_5.html


MALEFICA: EL MAL NO NECESITA RAZONES

Afiche de la película
"Maléfica", la película de 2014 que narra la historia "oculta" de la famosa villana de Disney, tendrá su secuela muy pronto, y ya genera grandes expectativas. El film, dirigido por Robert Stroemberg, recaudó 705 millones de dólares y tuvo como flamante protagonista a Angelina Jolie, quien también participará en el mismo rol en esta segunda parte. 
Quiero aclarar antes que nada que vi la película y me pareció buena, entretenida, con pros y contras, pero no me detendré en eso. De lo que quiero hablar es del por qué y para qué se cambian las cosas y qué nos aportan y qué dejan en el camino a la hora de cambiar.
Es evidente que en los últimos años se vienen revisando los cuentos clásicos del universo Disney, como Blancanieves y el cazador (donde lo único que vale la pena es la interpretación de Charlice Theron en la piel de una siniestra Reina) El libro de la selva, Caperucita roja y La bella y la bestia, entre otros, e incluso se habla de un próximo Aladdin con personas humanas. La película que inauguró esta revisión, producida por Dreamworks es mucho mejor que muchas de las que la precedieron en la misma línea y se hizo en clave paródica: Shrek, la historia de un ogro tosco y rústico capaz de todo lo que es capaz un príncipe, y que no tiene un brioso corcel, tiene un burro parlanchín y exasperante. Otra historia que va en el mismo tren es Wicked, el éxito de Broadway que tendrá su versión fílmica en 2019, y que cuenta cómo La Bruja Malvada del Oeste, la villana de El mago de Oz, era en realidad buena.
Un fenómeno curioso recorre las mentes y las producciones cinematográficas en estos tiempos: explicar al malo. Plantear un lado B, en el que entendemos por ejemplo a Maléfica, la siniestra hechicera de la película animada de 1958 que ya es un clásico, y entendemos las razones por las cuales "se volvió mala". Porque atentos: la clave está en partir de esta base, en la que ningún villano es malo de entrada sino que hay "circunstancias" que lo emponzoñan y hacen de una tierna alma un ser sediento de venganza. Se planta el mecanismo mediante el cuál lo primero que le exigimos a la historia es una descripción detallada de los orígenes y causas de todo lo que ocurre, sin importar el tipo de historia que estemos viendo o si es relevante. En el caso de esta revisión, la explicación que se da es la siguiente: Maléfica era un hada buena y virtuosa, que se vuelve un ser malvado cuando el rey Estefano, luego de enamorarla, le arranca sus alas y debilita su poder. Resentida, Maléfica busca vengarse a través de la hija recién nacida del rey, Aurora, sobre la que desata el hechizo famoso : "¡Al cumplir los dieciséis años, antes de que el sol se ponga, se pinchará el dedo con el uzo de una rueca y morirá!". "Ningún malo nace mala", diría la pancarta. De hecho al principio de Wicked se enuncia de forma casi textual: "¿La gente mala nace mala o se vuelve mala?". Se me ocurre que en nuestra mente pensamos que si se vuelve mala, hay mecanismos para salvarla y volverla al sendero del bien, y la misma línea de pensamiento nos arrastra a pensar que si hubo causas concretas que volvieron malo al malo podemos perdonarlo y entender que, "no es que es malo, es que le pasaron cosas feas y por lo tanto podemos eximirlo de su responsabilidad". Perdonarlo. Aunque no creo que Maléfica hubiera tenido ganas de merecer la misericordia de nadie. 
Los cuentos de hadas generan más polémica hoy que nunca antes, no solamente porque un feminismo talibán pretende discutirlos desde las cuestiones de género (que no es absolutamente inválido) y atacarlos (que si lo es), y no solo porque Bruno Bettelheim los freudianiza en El psicoanálisis en los cuentos de hadas, sino porque se les ha aplicado una lente moralizadora para leerlos, una mirada que pienso que está vinculada con la herencia del realismo.
El realismo, corriente estética surgida en el siglo XIX tanto en el teatro como en la novela, fue influenciado por la enorme revolución tecnológica, científica y económica, que propició que la técnica le encontrara explicación y procedimiento a todo. Algunos autores pretendían hacer lo mismo con la ficción,  Es decir: aplicarle a los personajes y a las historias un enfoque cientificista, en el sentido de que si aplicamos los correctos procedimientos analíticos, lógicos y racionales, lograremos entender por qué las cosas son como son y por qué los personajes (y las personas) son como son, porque todo tiene un por qué, cada causa está concatenada con otra, y al ponernos el microscopio en el ojo entenderemos de qué están hechas las cosas. Así es que Naná, el personaje de Emile Zolá, no es como es porque sí, sino porque su vida de pobreza ha formateado su manera de pensar, y el modo en que obra; debido a las carencias que experimentó quiere una vida de lujos y amantes ricos, que consigue y que al final empobrece, y es incapaz de sentir compasión o verdadero amor por nadie. ¿Con qué objetivo? Que el arte presente al mundo "tal cual es". El arte, pensaban los realistas, debía operar como pintura de la sociedad, y dar cuenta de como la sociedad era con el objetivo de transformarla.
Aclaro algo importante: "realista" no quiere decir "verosímil". Dentro del universo de los cuentos de hadas, no es realista que aparezca un dragón, pero es verosímil, porque es es el mundo y el código que los cuentos de hadas manejan. No sería verosímil que aparezcan naves espaciales, eso si.
Cuando digo que la tendencia es a revisar los cuentos de hadas con la lente realista, me refiero a que se exploran cuáles deben ser las motivaciones psicológicas de los personajes, si es que serán reprimidos, neuróticos, narcisistas, si son buenos porque tuvieron una vida fácil o malos porque en el reino les hacían bullying, en vez de pensar que en ese universo esas categorías no tienen razón de ser, y los personajes no están compuestos de un modo psicologista y racionalista, como los personajes del drama realista contemporáneo, que se parecen a nosotros y a la gente que vemos todos los días.
En la versión original del cuento (hay muchas, la más citada siempre es la de Charles Perrault) el personaje de la bruja malvada está bastante desdibujado y su línea de acción ni siquiera tiene una conclusión final en el relato (en la versión de Disney, Maléfica es derrotada por el príncipe Felipe después de un duelo que representa la lucha entre el bien y el mal). El gran acierto de Disney en la versión animada de 1958 fue justamente el personaje de Maléfica. Tomando algunas versiones en las que el antagonista del relato no es una bruja sino una Reina Malvada de un país vecino, Disney creo una Reina Hechicera, hermosa y a la vez siniestra, con apariencia de mujer pero con grandes y puntiagudos cuernos, que vive en un aterrador castillo y tiene su propio ejército de extraños bichos que tranquilamente podrían ser orcos o gnomos. No nos termina de quedar claro si es mujer, dragón, o que hay detrás de su ampuloso ropaje oscuro. La figura física de Maléfica es desdibujada, velada, y a la vez expansiva, prolongada como una sombra. Se aleja de la claridad de la razón y de la ciencia, la mente no llega a encapsular ese cuerpo, es un cuerpo sin conclusión, sin forma, y a la vez, multiforme (Al final, toma la forma del dragón). Maléfica, con su fortaleza y su ejército, es el doble oscuro del poder real "del bien". En un contexto feudal, Estefano es desafiado en su autoridad por una Señora tan fuerte como él, con su propia fortaleza y sus vasallos. El medioevo fue un mundo en el que las líneas y fronteras de los diferentes países no estaban definidos, en donde cada señor feudal peleaba por acaparar algo de territorio y poder, y el más fuerte de ellos era el rey; pero se vivían turbulencias todo el tiempo, conforme las pugnas entre las diferentes familias se sucedían. Esas pugnas eran arregladas o mediante la guerra (se declaraba un vencedor) o las alianzas políticas (matrimonios arreglados, como el que Estefano y el padre de Felipe quieren concretar uniendo a ambos jóvenes príncipes). Maléfica es la fuerza del caos, oscuro e imposible de conocer y dominar, que viene a poner en jaque el órden de los reyes. El reino de Estefano es un reino de colores (la película tiene una bellísima estética inspirada en los grabados y vetraux medievales) donde los hombres y mujeres son claramente humanos, mientras que Maléfica al no poder ser definida como mujer, dragón, o cosa, es inexplicable y por lo tanto indomable. No así la Maléfica de Jolie, que tiene piernas, cuello, tetas, y es "una chica".
En un gesto absolutamente propio del mundo antiguo, Maléfica pareciera considerar que Aurora debe cargar con la culpa de los padres (miasma, culpa hereditaria), ya que ellos no la invitaron al nacimiento de la heredera al trono (lo cual podría ser tomado como un gesto político, ellos desconocen el poder de Maléfica). Luego de pronunciada la maldición, el rey Estefano decreta quemar todas las ruecas en el reino, para que no quede ni una que pueda pinchar el dedo de su hija. Sin embargo, diez y seis años más tarde, Maléfica hace aparecer una rueca frente a Aurora y está se pincha. El mal es imposible de destruir, siempre está al acecho y logra alcanzarnos a pesar de nuestros esfuerzos por contrarrestarlos. Los padres no pueden proteger a sus hijos de todos los males, aunque se esfuercen.
La princesa durmiente queda en lo que podríamos llamar hoy un estado de coma profundo, y es el príncipe Felipe quien trata de llegar a ella para despertarla del sueño con un beso de amor, armado con el "Escudo de la Virtud" y "La espada de la Verdad" que le dan las hadas buenas (todo es alegoría, y estos son los valores sobre los que los humanos han decidido fundar los reinos, valores opuestos a la maldad de la hechicera). En el camino, Maléfica rodea el castillo con una selva de mortales espinas e intenta alcanzar a Felipe con truenos y rayos: la naturaleza indomable, amoral, el peligro que acecha, contra principios y valoraciones morales, generadas a partir de la cultura, de lo humano, de aquello que construyen los humanos.
El duelo final es entre Felipe y Maléfica, quien toma la forma de un peligroso dragón (¿o era su forma original?) y es vencida por la Espada de la Verdad, no sin antes intentar achicharrar al joven príncipe con potentes chorros de fuego (de nuevo, un elemento de la naturaleza indómita) . El príncipe sube las escaleras hasta la torre más alta, besa a la chica, está despierta. Vals. Final feliz.
En el mundo medieval, al que esta ficción alude pues se desarrolla en él, los personajes de ficción no poseían psicología. Es verdad, no poseían porque aun no se había estudiado, pero a lo que quiero llegar es a que son valorados no por parecerse a nosotros, o a nuestros vecinos, o tener motivos para la acción "realistas" o "lógicos". Si no por no parecerse, por ser lejanos, ideales y hasta aspiracionales. Son personajes alegóricos que representan fuerzas, personificaciones de conceptos que no están obligados a parecerse a nuestro día a día, con menos líneas de sentido pero también con un grado de juego que las cosas inmediatamente cercanas a nuestro verosímil muchas veces no tienen. Los malos de la vida real no son pura maldad infernal como Maléfica: tienen explicación. Son más humanos. Y a veces, más pequeños, y más pequeño lo que pueden generarnos, porque no nos llevan a ningún lugar muy distinto del que solemos estar.
Este análisis y mi opinión es personalísima y de ninguna manera pienso que es malo revisar las viejas historias y volver a contarlas diferente. Pienso que esto es materia opinable y que hay muchos caminos válidos y hasta puede ser que todos ellos sean verdad. Lo que me pregunto es ¿por qué se hace y que nos deja a cambio? Un personaje original, con capas y capas, se ha simplificado para ser simplemente "una chabona buena, con algunos problemitas amorosos... y tiene cuernos".
¿Estamos en una época de tanta corrección política que necesitamos encontrarle razones justificadoras incluso a los villanos? ¿De dónde vienen estas ansias de acercarnos todo, en vez de ir hacia imágenes y personajes que son misteriosos y que no podemos explicar? ¿Será que queremos que todo en el mundo sea parecido a lo que tenemos en nuestra sala de estar? Jolie interpreta un hada que se vuelve mala (y sinceramente, ¿que crímen termina por cometer? Ninguno, de hecho lanza ese hechizo sobre Aurora pero luego, por pena, la salva) y que tiene toda una psicología cercana a la nuestra. De hecho su actuación es naturalista, actúa como una persona "de la vida real" solo que con orejas puntiagudas. Siendo más parecida a la gente que conocemos, incluso teniendo motivaciones psicologistas perfectamente entendibles como pueden ser el resentimiento, no consigue las aristas que aquella caricatura llena de maldad conseguía. ¿En qué momento necesitamos sentir piedad por Maléfica? Hubiera sido interesante contar la historia tal cual solo que con actores de carne y hueso. Es probable que la secuela sea buena y coseche un gran éxito en taquilla. Pero yo sigo apenado por que le hayan sacado esa maldad al personaje, y hayan dejado en su lugar... nada.
La lucha entre el bien y el mal, Maléfica vs. Felipe . 
Contar una historia no es sencillo, y si bien la peripecia y el conflicto deben ser interesantes, los personajes que la transitan lo son todo. Creo que lo interesante de Maléfica era que era maléfica, no una mujer enojada con su ex que ni siquiera es capaz realmente de matar a su bebé para vengarse, sino que ejecuta a lo largo de toda la película una levantadita de cejas, una carcajada tibia, y queda como una diosa al salvar a la hija de su enemigo. Ni siquiera se logra poner al personaje en el conflicto entre ceder a su sed de venganza y tener conciencia moral y misericordia con una pobre bebe que no le hizo nada. Los pocos momentos donde Jolie transita ese conflicto son tibios y un poco "puestos", casi como una obviedad, para que "nos quede claro, que ayyy ella es buena en realidad, pasa que está dolida, como vos, como yo, como los pobres infelices que habitan esta tierra". Tenemos tantas ganas de sentir misericordia por todo que no nos queda inteligencia para contar historias ni para disfrutarlas, me parece preocupante. Todo debe ser suave, mullido y contenedor, como dice Camille Paglia cuando se burla de la snowflake society contemporánea. 
Les dejo mi escena favorita de la original, cuando "la emperatriz del mal", según su propia definición, baja a su calabozo para hacer terrorísmo psicológico en la mente del príncipe. Esta criatura asesina y cínica, desciende para mostrarle a su enemigo que lo venció, mediante una visión en la esfera de su cetro. No solo venció al reino de Estefano quitándole a su hija (es decir, borrando la línea sucesoria y con eso, desestabilizando el poder del reino) sino que también piensa que matará a Felipe, príncipe del reino vecino que se uniría al de Estefano mediante el matrimonio con la princesa. Maléfica terrorista, Maléfica confabuladora. Ella es las fuerzas oscuras y siniestras de la naturaleza desatada (espinas, truenos, fuego) que vienen a acabar con el poder feudal levantado por los hombres, que crearon la cultura, levantaron fortalezas con piedras y pusieron cimientos a la sociedad instalando valores trascendentes (Verdad, Virtud, Amor Romántico). Maléfica es la peor cara de la madre naturaleza: es lo opuesto a la trascendencia, es la magia que ultima la vida de una doncella y la pone a pudrirse en una fría recamara, en lo alto de una torre, adonde la juventud y la fuerza tendrán que alcanzarla para restaurar la salud del reino. La Maléfica de Jolie no tiene nada de todo esto: está bien, es válido. Válido y menor. 
https://www.youtube.com/watch?v=xHO1fNYbAj8