
Asumís, un poco a regañadientes y sorprendido, que ya no estás en la gloria. Que te pasó eso que siempre camina en tus pesadillas. Un día, después de que el que iba a ser el laburo de tu vida se convirtiera en una misa de aguantar los ataques de tu jefe; después de que te enteraras de la cantidad de errores que tenés y que hasta el momento habían sido imperceptibles, después de que te dieron unos papeles de mierda y una guita de la indemnización que desaparecerá más temprano que tarde, ingresas a ese Círculo del Averno reservado a los que no tienen laburo (exceptuando a los multimillonarios que no trabajan y que se dedican a patinársela, bien por ellos).
Todo te suena a que es la última vez: es la última vez que pisás la oficina del Banco, es la última vez que saludás con un abrazo a la secretaria que comparte con vos la afición por la remake de Dinastía, es la última vez que podés llegar cinco minutos tarde a ese lugar. Todo es por última vez. Se parece a ese día en que te fuiste de la casa de papá para "ser adulto". Todos dicen que no hay nada más adulto que conseguir un trabajo, pero en realidad lo adulto pareciera perderlo.
Cuando me pasó, me subí al colectivo, pagué los $ 8, 14 como si estuviera entregando el hígado, y me preparaba para la patada en las pelotas que sería pagar el subte para irme a casa. Tendría que cuidar cada centavo de ahora en más, me dije, mientras entraba a la fábrica de pastas para comprar una bandeja de ñoquis a la bolognesa. "Hoy es 29: Día de Ñoquis! Te llevas 1/2 kg de regalo" te dice el gordo con bigotes. Día de los ñoquis. Ñoqui se le dice a ese forro inservible al que jamás van a rajar, pero a vos si.
Tu departamento es lindo, y te costó bocha conseguirlo. Es grande, luminoso, y silencioso, como la certidumbre, algo que hace hora y media acabás de perder por tiempo indeterminado. Tu gato te saluda, casi que riéndose. No sabe que los amos no son adversarios, sino los mayores aliados, y que tu no-sueldo es su no-wiskas. Le va a caber.
Clavás el tenedor en la masa con tuco, como si fuera la yugular de la de recursos humanos. "Tomá, dientuda de mierda", decís, masticando, solo, libre. En mi caso personal, soy un dramático hijo de hijo de gallegos, y puse música depre para sentir pena por mi mismo.
La gente normal llamaría a sus amigos para que lo vengan a consolar, pero vos ya estás mega hinchado las bolas de tus amigos. En este momento todos te parecen comunes, con sus vidas más o menos parecidas entre sí, sus broncas y prejuicios, todas las barreras que se ponen en la vida para no ver cosas, preguntándote tu opinión, esperando que les digas algo, y cagándose en lo que les digas. Después, cuando contestás con argumentos a su ataque de melancolía matriculada, se defienden con ad hominem "vos no estás en mi lugar", y todos parecen saber de alguna forma mágica cuál es tu lugar, como si fuera fácil de describir. Este día tus amigos ya no pueden ayudarte, y vos, misteriosamente, sentís por primera vez que no tenés necesidad de tenerlos, ni a nadie. Los demás tienen trabajo y ocupaciones útiles, y vos ahora perteneces a otra especie, a otro grupo sanguíneo, y hasta es posible que tu saliva tenga otro color.
Ya no hay más ñoquis en tu plato, y por ahora no sentís hambre. Estás lleno, estás llorando, y por primera vez en mucho tiempo, no hay un mañana.
Mañana no va a haber que cumplir ningun horario, porque nadie te espera, ni habrá ninguna retribución, y por primera vez en mucho tiempo, nadie premiará tu esfuerzo. Mañana será la máscara más pesada en caer: porque que nunca existió. Fue una ficción que te inventaste, como eso del "trabajo seguro". ¿Qué espera el mañana?
Hay que ponerse a buscar otra cosa ya, o moriremos de hambre y nos echarán a la calle, y tendremos que irnos a vivir a las villas con los narcos. ¿Y el gatito? Pobrecito. Morirá frente a nuestros ojos si no lo hacemos guisado antes. Abrís la notebook para buscar mientras pones un lavarropas (si bien estás gastando jabón, en mucho tiempo no ensuciarás camisas para ir a ningún lado).
Portales de trabajo indescifrables. Y cuando pensás en toda la gente que defraudaste En tu jefe, que te dijo "creemos que podés hacerle un aporte muy grande a la empresa" y después te dijo "acá hay que estar a las chapas como nunca en tu vida".
El mate.
Blandir la brillante bombilla maciza que brilla un poco a la luz de la lámpara, y dejarla en el labio inferior. La trompita se cierra como una planta carnívora sobre la chata puntita, y todo el esófago se convierte en la manguera por la que trastabilla un sabor fuertísimo a yerbas y yuyos, con algo de dulce, porque todos los que lo toman amargo y te dicen que para endulzarse está la vida se pueden meter la bombilla en el ojete. Pausa. Hacés un chequeo de tu cuerpo, llenando la barriga de aire, y aflojás. Te das cuenta del dolor en los hombros, la espalda, y de las contracturas del cuello, y te sacudís un poco mientras en la lista de reproducción se cuela un tema muy festivo como de los 80´s, tipo Wake Me Up, o I Wanna Dance With Somebody, pero suena alto, muy maricón y electrizante, y te encanta, te sentís un poco absurdo, sin cuentas para rendir con nadie, y te reís por primera vez en ese día de mierda. Porque al día siguiente ya no vas a tener mucha conciencia de qué hora es en cada momento; el tiempo va a pasar a formar una extraña pasta sin forma, larguísima. El sol por la ventana te agarra en el sillón, mientras el gato jode. ¿No estás contento? No solo por primera vez en tu vida no está pasando nada, sino que tampoco hay motivo para que pase. Y me pregunto: ¿si a esto le teníamos tanto miedo, no será bueno pasarlo a ver si es tan garcha?
Ahí las cosas empiezan a darse un poco vuelta, sentís mareos similares a la vuelta carnera que hacen tus camisas de laburo en el lavarropas. No podías ser un escritor, porque estabas muy ocupado. ¿Haciendo qué? Teniendo trabajo. Y aunque vivís tomando mate, tal vez no tomaste suficiente, y ahora podés tomar todo el que quieras.
Mirás por la ventana, la gente con trabajo no se ven mal. Además, no digamos boludeces ni caigamos en caramelitos neuro-bolches: el trabajo es algo bueno. Pero si hay gente que prefiere la merca al yogur: ¿por qué uno ha de querer siempre lo bueno? ¿Lo bueno para quién? "Lo bueno". Bah.
No sé por qué cuento todo esto en "tú". ¿No te parece que ahora somos re cercanos? O yo me siento solo, y es raro, porque hay mucha gente desempleada, pero solo me sentía acompañado laburando.
Miro las búsquedas en las páginas donde te piden que cargues tus datos y adjuntes tu cv (¿Para qué piden las dos cosas? Nunca pude entender. Si en el cv están mis datos...)
"Bedel en Laboratorios Poronga", "Vacante para redactor creativo, excelente inglés (excluyente)".
Mucho tiempo te separaron falsas promesas de amores como el mate y escribir pelotudeces mientras vas usando la guita que deberías ahorrar y se acaba a cada momento pero, ¿¡Qué más da!? Si en cualquier momento nos da un ACV y sorpresa, que te chupe la pija el desempleo.
Continuará...?